La “pubalgia” es una patología frecuente en deportistas que corren, y sobre todo en aquellos deportes que golpean una pelota como el fútbol europeo, americano o australiano.
La pubalgia fue inicialmente descrita como una patología inflamatoria de la sínfisis del pubis y de las estructuras osteo-articulares y tendinosas que la recubren. A lo largo de los años ha ido denominándose con distintos nombres, como: “hernia del deportista”,” osteítis de pubis”, “pubalgia del atleta”, “dolor inguinal relacionado con el aductor” y “osteopatía dinámica de pubis”.
El nombre de Osteítis de pubis parece ser el más utilizado a nivel internacional, pero consideramos que el de la osteopatía dinámica de pubis es el nombre más adecuado.
El primer síntoma de esta patología es el dolor en la zona inguinal durante la práctica deportiva. El dolor se localiza en la región de inserción de la musculatura aductora, o bien en la zona púbica donde se insertan los músculos abdominales. El deportista referirá un dolor de instauración progresiva cada vez que practique deporte.
El diagnóstico se realiza según la clínica, la exploración y los estudios radiológicos complementarios, si bien la parte importante es la exploración clínica. Es importante realizar un diagnóstico diferencial amplio, que va desde la patología urológica, infecciosa o degenerativa hasta patologías propiamente relacionadas con la práctica deportiva.
Habitualmente el cuadro comienza con dolor inguinal a nivel de la inserción de la musculatura aductora y evoluciona hacia dolor a nivel de la inserción del músculo recto anterior abdominal.
¿Por qué podemos padecer la pubalgia?
Fundamentalmente debemos de entender que en el pubis se inserta el grupo muscular abdominal y donde se origina el grupo muscular aductor. La acción antagonista de estos dos grupos ha sido postulada como la principal causa de la “Osteopatía Dinámica de Pubis”.
Este desequilibrio muscular principalmente entre los músculos aductores, especialmente entrenados, fuertes y tónicos, y los músculos abdominales, fásicos, normalmente más débiles y poco entrenados, generan una inestabilidad pélvica anterior que provoca un defecto de cizallamiento constante de la sínfisis púbica.
Entonces por un mecanismo repetitivo y acumulativo se produce una alteración primero a nivel hueso-tendón, después una periostitis subaguda y al final es cuando el sistema dinámico de remodelación del hueso supera su límite.
Se han propuesto varios factores de riesgo que predisponen a determinados deportistas a padecer de pubalgia. Los principales factores intrínsecos del deportista se refieren a la morfología estructural del mismo y al acortamiento de la musculatura que rodea la pelvis. Como factores de riesgo extrínsecos, es decir aquellos factores que independientemente del deportista pueden afectarlo, tendremos que tener en cuenta principalmente las características del entrenamiento, el tipo y la cantidad.
Igualmente la repetitividad de ciertos movimientos y gestos deportivos como la flexión de la cadera y la aducción de la extremidad. El conocimiento de estos factores de riesgo son muy importantes para evaluar las estrategias preventivas, así como el tratamiento una vez instaurados los primeros síntomas.
¿Qué tratamiento podemos ofrecer por parte de la fisioterapia?
El tratamiento debería ser conservador inicialmente, debiendo formar parte del cuerpo médico un fisioterapeuta con conocimientos en fisioterapia deportiva (enlazar con fisioterapia deportiva).
Hace falta realizar, como siempre, una individualización del tratamiento pero en líneas generales lo más importante es, cuando aparecen los primeros síntomas claros de pubalgía, recomendar reposo deportivo, un programa de rehabilitación básico y unas buenas pautas para mejorar la estabilización lumbo-pélvica.
La reincorporación a la práctica deportiva deberá ser muy progresiva y pasar de fase tan solo cuando se hayan logrados los objetivos preestablecidos entre el cuerpo médico y el deportista.
El tratamiento quirúrgico se realiza en el caso del fracaso del tratamiento conservador. Cuando hay dolor severo que no cede con el tratamiento médico y de fisioterapia, y también si los síntomas persisten después de 4-6 meses de tratamiento conservador.
Referencias Bibliográficas
Departamento médico FCB. Guía de práctica clínica de la Osteopatía Dinámica de Pubis (ODP): diagnóstico, tratamiento y prevención. 2010.