La definición de dolor más ampliamente aceptada es sin lugar a duda la provista por la “I.A.S.P.”:
“El dolor es una experiencia desagradable, sensitiva y emocional, asociada a un daño real o potencial de los tejidos o descrita en términos de dicho daño”.
Muchas personas que padecen lesiones músculo-esqueléticas tardan tiempo en acudir a una consulta de fisioterapia, por los siguientes motivos:
- Deciden primero acudir al médico.
- Prefieren esperar a ver si el dolor desaparece por su propia evolución natural.
- Les supone un desembolso económico
Cuando el paciente por fin se decide acudir a la consulta de un fisioterapeuta, te encuentras que ha estado padeciendo dolor sin poder desarrollar su vida normal durante un largo periodo de tiempo. Algunos de ellos acuden ya pensando previamente que su dolor es crónico, ya que algún profesional de la salud se lo ha dicho.
La palabra crónico en el ámbito de la medicina no quiere decir que el dolor no vaya a desaparecer, que sea para siempre como algunos pacientes piensan. Generalmente se refiere a que llevas sufriendo una dolencia durante un periodo superior a 3 meses, haciendo referencia únicamente a un periodo de tiempo.
¿Por qué se perpetúa el dolor durante tanto tiempo?
Cuando se sufre una lesión, el propio organismo comienza un proceso de curación, que según el tipo de lesión tardará más o menos tiempo en curarse. Toda lesión tiene su propia evolución natural para recuperarse. Para que la gran mayoría de las lesiones musculo-esqueléticas se recuperen correctamente se necesita seguir unas pautas y un tratamiento de fisioterapia. Si estas pautas y tratamiento no se realizan, se puede acabar perpetuando el dolor.
Otros problemas que conllevan que el dolor se mantenga más tiempo de su evolución natural son los factores extrínsecos (p. ej tengo codo de tenista y no modifico las cargas de mis entrenamientos) y las conductas de miedio-evitación que adopta el paciente al no saber por qué continúa con dolor (p. ej. no me agacho por miedo hacerme daño).
Un fisioterapeuta te puede ayudar en estos casos dándote una explicación lógica sobre la patología que estas sufriendo y aplicando un tratamiento adecuado a tu problema.
¿Cuándo tengo realmente un dolor crónico?
El dolor se considera crónico cuando el mismo ha perdido su función natural de alarma al sufrir un daño o estar ante una situación potencial de sufrirlo. Este dolor es conocido como “dolor disfuncional” porque ha perdido las funciones normales del dolor, proteger una zona lesionada.
En estos casos observamos que el dolor no tiene un comportamiento mecánico relacionado, es decir, relacionado con los movimientos que realiza el paciente en su zona dolorosa. No hay relación entre la posible lesión sufrida y el dolor que tiene el paciente.
Los pacientes que sufren este “dolor disfuncional” son aquellos que padecen de “fibromialgia”, “síndrome de dolor regional complejo” y otras alteraciones del sistema músculo-esquelético.
La fuente que provoca la sensación dolorosa es el sistema nervioso central generando una percepción alterada de la zona que consideramos lesionada. El fisioterapeuta tendrá como objetivo devolver a la normalidad los circuitos neuronales, para que dejen de generar esa percepción del dolor. Para conseguir esto contamos con tratamientos mediante:
- Educación del dolor.
- Exposición gradual a las actividades físicas.
- Terapia con espejos.
- Reconocimiento de la lateralidad.
- Visualización de movimientos.